sábado, 20 de septiembre de 2014

Imaginoterapia

Este es el segundo proyecto de crowdfounding en el que participo y me siento orgullosa y contenta de poder participar en él. En un primer momento tengo que admitir que me interesé por el tema porque Angye Fernández, una dibujante a la que respeto y admiro y a la que tengo suerte de conocer en persona, le hizo cierta publicidad en su cuenta de twitter. Dije ¿qué demonios será eso de Imaginoterapia? Suena bastante curioso, y me metí en la página de Verkami. Y entonces fue cuando decidí que le proyecto, sencillamente, me encantaba.

Nunca me he comprado un libro de arte de este estilo, es decir, un libro en el que diversos autores - o un solo autor - ponen sus dibujos y obras y los venden. No sé porqué, pero hasta ahora tampoco me había llamado la idea. Digamos que no soy especialmente visual y que muchos de los dibujos que me han gustado a lo largo del tiempo estaban disponibles para ser vistos online. Pero en este caso, sentí que era mi deber participar. Primero porque el tema sobre el que tratan los dibujos es la fantasía, que me parece asombroso, y segundo porque es por una buena causa. Una muy buena causa.

La mayor parte de las malas experiencias de mi vida han tenido que ver con el cáncer. Hay poca gente que no haya tenido que verse enfrentada, directa o indirectamente, a esta enfermedad cada vez más recurrente y potencialmente mortal. El cáncer es una mierda un problema realmente serio. Pero si además está afectando a un niño, es aún peor. No sólo por la concepción de infancia feliz que todos tenemos y que todos intentamos dar en herencia a nuestros niños. Sino porque, además, ningún niño que apenas ha vivido merece tener una vida condenada por el cáncer.

Debido a esto, a estas breves reflexiones, la tarea que hace Juegaterapia, la organización para la que se recaudarán fondos gracias a la venta de Imaginoterapia, me parece fantástica y honorable. Llevar el juego, las sonrisas y la esperanza a niños que apenas están pudiendo vivir como se merecen es un acto, como mínimo, heroico. Y creo que a veces los héroes necesitan ayuda cuando se encuentran limitaciones. Quiero formar parte de esa ayuda. Creo que estoy formando parte de esa ayuda.

Personalmente he decidido aportar mi granito de arena haciéndome con el libro físico, que cuesta unos veintinún euros en el crowdfounding y que, a mi parecer, no es para nada caro. Debemos tener en cuenta que se trata de trabajos artísticos de calidad, hechos por autores muy diversos que han ofrecido su trabajo sin esperar nada a cambio. Pero no hay porqué comprar la edición física, Inari te da otras opciones para ayudar: puedes hacerte con la versión digital, con postales, pósters... y las recompensas pueden ser mayores cuanto más aportes. Nunca está mal ayudar, pero menos aún en causas honradas.

Por eso, invito a todo aquel que me lea a que se pase por la página de Verkami de Imaginoterapia y aporte ese poquito de ayuda que no nos cuesta nada pero que puede crear grandes cosas antes de que se acabe el plazo. Tenéis nueve días para ayudar. Tenéis nueve días para sentir que, aunque sea poco, habréis marcado una diferencia en la vida de algún niño que está sufriendo por algo injusto. Yo ni me lo plantearía. Ni me lo planteé, de hecho. Darles la vida que merecen vale ese pequeño desembolso.

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