sábado, 15 de marzo de 2014

300: rise of an empire.

Me he dado unos cuantos días para digerir bien la película y no hacer la entrada en el furor de la violencia. Para empezar quiero decir que si le hubiesen puesto otro título y no se hubiesen empeñado en buscar ventas de taquilla, la película podría haber sido mucho mejor. Esencialmente porque, con el título 300, se espera un nivel, una calidad, que luego la película no es capaz de alcanzar y que, en cierto modo, decepciona un poco. Podrían haberla llamado "Xerxes: rise of an empire" o algo semejante. Sería más apreciada.

Introduciendo la trama de la película, sólo tengo que decir que se trata de un periodo que va desde antes de las termópilas hasta la batalla de Salamina. Quien sepa de historia sabrá de lo que hablo y quien no, pues puede buscarlo. Y como se trata del punto de vista ateniense, la violencia se fundamenta en combates navales. Eso hace que la película sea más lenta, pero tampoco hace que sea aburrida, pues ver las estrategias seguidas por Temístocles y el modo en que se mueven los atenienses y los persas sobre los tablones de cubierta se hace ameno.


En cuanto a violencia, la película no decepciona tanto. De hecho, casi es más sangrienta que la primera, pero la sangre que se derrama en esta ocasión tiene mucho menos sentido y está más dirigida a vender que a dar calidad a la historia. Por otro lado, el estilo "cómic" que tan hermosamente está presentado en 300 - recordemos que la película está basada en el cómic homónimo de Frank Miller - desaparece en esta segunda entrega y, además, esta entrega pierde toda fidelidad. Supuestamente está basada en otro cómic de Miller, pero en esta ocasión sí que está simplemente basada, aunque he de admitir que no he leído dicho cómic, titulado Xerxes.

Los actores se mantienen, es decir, los actores espartanos. Por supuesto se incluyen nuevos actores para interpretar a los atenienses y a la armada persa. La dirigente de esta armada es Artemisia. Prefiero no hablar de la aberración histórica que supone esto, aunque de aberraciones históricas está llena la película. No puedo decir que 300 fuese una película excesivamente fiel a la historia, pero en esta entrega casi que se les va de las manos la falta de realismo histórico.
En defensa de la película diré que me esperaba algo mucho peor y que las interpretaciones no están mal. Aunque tanto el personaje como la actriz que hace de Artemisia no me gustan nada. Por otro lado, como se ve el nacimiento de Xerxes como rey-dios, se puede ver al actor que hace de éste sin todo el "tuneado". Y es increíblemente guapo.

Un último apunte es la obsesión con la que la película reitera el concepto de "libertad". En la primera entrega el mensaje era el de la gloria, mientras en esta segunda es el de libertad. Y madre mía, lo utilizan incansablemente. Ese y la defensa de la patria y de la democracia. Siendo sincera, a mi no me hace ninguna gracia que no dejen de repetirlo. Cuanto más repiten los conceptos, más peso les quitan.

Finalmente, recomiendo ver la película a aquel que disfrute de la violencia y de algo de sexo y que tenga ganas de entretenerse unas dos horas, aproximadamente. Quien busque realismo histórico o una buena secuela/precuela de 300, que se olvide de eso a la hora de ver esta película.

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